En el número 272 de la calle Valencia, esquina con la universidad se construyó un frontón 11 dias después de la exposición universal, el 31 de mayo de 1888 concretamente. Se publica en La Vanguardia: Estaba expuesta, en la ciudad procedente de Pamplona una urna de cristal con el fondo forrado de raso azul, sobre el que eran destacadas once magníficas pelotas para trinquete, largo, ble, pala, cesto, etc.; objetos que habían sido construidos por el reconocido maestro pelotero Sainz. Por otro lado Enrique Gorozabel “Hernani”; exponía útiles para jugar á la pelota, chisteras y palas, pelotas reglamentarias en los frontones vasco-navarros. Presidían la instalación los retratos del Chiquito de Eibar, Vicente Elicegui, Manco de Villabona, y otros populares pelotaris.
Los ecos de los grandes partidos de desafio traspasaban las fronteras de las provincias vascas; llegaban noticias de Buenos Aires continuamente e incluso Madrid exhibía con agrado el juego de los artistas pioneros en su nuevo Frontón del Retiro.
La ciudad de Barcelona no quiso quedarse atrás y se sumó al circuito con este trinquete adaptado al moderno juego de Blé.
En el més de octubre se presenta la gran ocasión y la prensa recibe la llegada del popular Chiquito de Eibar y ¡29! compañeros de pelotarismo procedentes de Guipúzcoa, de paso para Buenos Aires; El periódico la Vanguardia aprovechando su presencia propone a los responsables que se realicen unos partidos de exhibición. En aquellas líneas se enaltecen las cualidades de “Azpiri”:
“……. para que Sarasqueta luzca la pujanza de sus brazos, la ligereza de sus pies, la rapidez de sus movimientos y el golpe de vista que le hace no desperdiciar una sola resta por difícil que sea, cogiendo al aire y volviendo con maravillosa rapidez la pelota.
Los ecos de los grandes partidos de desafio traspasaban las fronteras de las provincias vascas; llegaban noticias de Buenos Aires continuamente e incluso Madrid exhibía con agrado el juego de los artistas pioneros en su nuevo Frontón del Retiro.
La ciudad de Barcelona no quiso quedarse atrás y se sumó al circuito con este trinquete adaptado al moderno juego de Blé.
En el més de octubre se presenta la gran ocasión y la prensa recibe la llegada del popular Chiquito de Eibar y ¡29! compañeros de pelotarismo procedentes de Guipúzcoa, de paso para Buenos Aires; El periódico la Vanguardia aprovechando su presencia propone a los responsables que se realicen unos partidos de exhibición. En aquellas líneas se enaltecen las cualidades de “Azpiri”:
“……. para que Sarasqueta luzca la pujanza de sus brazos, la ligereza de sus pies, la rapidez de sus movimientos y el golpe de vista que le hace no desperdiciar una sola resta por difícil que sea, cogiendo al aire y volviendo con maravillosa rapidez la pelota.
Y sigue su manifiesto acercándonos el dia a dia de las “enarak” (golondrinas) del Pais Vasco:
Los pelotaris que hacen las delicias de las canchas porteñas y de bilbaínos y donostiarras, son todos jóvenes, animosos, entusiastas. En verano trabajan en su tierra; pasando el invierno entre la numerosa colonia euskara de las orillas del Plata, donde su llegada, estancia y despedida, son acontecimientos cuya reseña llena sendas columnas de aquellos inmensos diarios americanos. Los pelotaris son para los vascos residentes en América, las golondrinas de la patria; aguárdanles sedientos de las noticias que llevan, de oirles contar como el Irurac-bat prospera; y les despiden, confiándoles tesoros de cariño que ha de ser repartido en los valles del Urumea y del Oria y del Nervion.
Gracias a estos párrafos de La Vanguardia sabemos como:
“…les reciben y les despiden, no con vivas, no con aclamaciones entusiastas que por lo prodigadas en todos los partidos, tendrían poca novedad en la recepción y en la marcha; público y jugadores, entonan conmovidos, inspirados por el recuerdo de la vasconia ausente, las inspiradas estrofas del himno regional, y ponen alma y pensamiento en el natal suelo, mientras dicen enérgicamente los labios: Guernica-ko arbola dabedeinkatuba... Y cuando finada la campaña de la Plaza Euskara (así se llama el frontón de Buenos Aires) se embarcan para San Sebastián ó Bilbao, traen repleta de billetes la cartera y repleto de halagos y cariño el corazón".
Los pelotaris que hacen las delicias de las canchas porteñas y de bilbaínos y donostiarras, son todos jóvenes, animosos, entusiastas. En verano trabajan en su tierra; pasando el invierno entre la numerosa colonia euskara de las orillas del Plata, donde su llegada, estancia y despedida, son acontecimientos cuya reseña llena sendas columnas de aquellos inmensos diarios americanos. Los pelotaris son para los vascos residentes en América, las golondrinas de la patria; aguárdanles sedientos de las noticias que llevan, de oirles contar como el Irurac-bat prospera; y les despiden, confiándoles tesoros de cariño que ha de ser repartido en los valles del Urumea y del Oria y del Nervion.
Gracias a estos párrafos de La Vanguardia sabemos como:
“…les reciben y les despiden, no con vivas, no con aclamaciones entusiastas que por lo prodigadas en todos los partidos, tendrían poca novedad en la recepción y en la marcha; público y jugadores, entonan conmovidos, inspirados por el recuerdo de la vasconia ausente, las inspiradas estrofas del himno regional, y ponen alma y pensamiento en el natal suelo, mientras dicen enérgicamente los labios: Guernica-ko arbola dabedeinkatuba... Y cuando finada la campaña de la Plaza Euskara (así se llama el frontón de Buenos Aires) se embarcan para San Sebastián ó Bilbao, traen repleta de billetes la cartera y repleto de halagos y cariño el corazón".
Baste.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/hemeroteca/
Fuente: http://www.lavanguardia.com/hemeroteca/
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